Puerto Cabello (Pausides Rodríguez).- Desde hace cuatro años la cantante de orquesta Kathy Colmenares vive en Connecticut Norwalk, con su esposo y dos hijos, abriéndose camino en el ambiente musical neoyorquino pero alternado con otras ocupaciones; y a pesar del tiempo, la distancia, los proyectos y ajetreo propio de tan cosmopolita urbe, su corazón está en el barrio Bartolomé Salom y sus recuerdos en la gratitud de todos quienes la han impulsado a cultivar su talento y a crecer día a día como persona.
En el canto está desde muy niña, cuando en su época escolar en el colegio La Coromoto, formó parte del grupo del coral de ese plantel; mas su trayectoria como profesional la comenzó ya veinteañera, por instinto, casi por casualidad, según evoca:
“A los 23 años fui por primera vez a la tasca restaurant Los Embajadores, y cuando vi y escuché al grupo que estaba amenizando esa noche, sentí cómo esa vibra; sonaban demasiado bueno y para sorpresa la vocalista, Candy Loiza, había sido mi compañera de estudios en primaria y estuvimos juntas en la coral”.
Kathy recuerda que en un intermedio de la presentación abordó a Candy, quien al principio no la recordaba, “era obvio, había pasado mucho tiempo”, pero en segundos la magia de aquella amistad infantil renació y entre el bullicio de esa noche que resultaría muy especial, comenzó a hacer planes como cantante.
“Le pregunté cómo podía hacer para incorporarme a algún grupo; ella me preguntó si tenía experiencia, le contesté que no pero que me gustaría intentarlo; inmediatamente me dio el contacto de Alex Lucambio, director de Alpha Show, quién días después de manera muy gentil me recibió y me aceptó en su grupo, momento a partir del cual se dedicó a educarme musicalmente”.
Una nueva experiencia había comenzado, inicios que siempre estarán atados al recuerdo del director de Alpha Show.